El Atlético de Madrid se proclamó anoche campeón de la primera edición de la UEFA Europa League (antigua Copa de la UEFA), al vencer al Fulham inglés (2–1) en la final disputada en Hamburgo.El Hamburgo Arena fue el escenario de un partido intenso e igualado, en el que ninguno de los dos contendientes especuló con el resultado. El delantero rojiblanco Diego Forlán fue el hombre que marcó la diferencia. En el minuto 11 ya avisaba a la zaga inglesa con un tiro cruzado al palo, que culminaba un contraataque el conjunto español.
Poco después, Zoltan Gera firmaba la primera ocasión de gol para el Fulham con un disparo seco entre los tres palos, bien bloqueado por De Gea. No obstante, la primera parte fue de dominio atlético. Más que a jugar, el Fulham se dedicaba a no dejar jugar al equipo español.
Pero el Atlético tenía dos ases bajo la manga: Kun Agüero y Diego Forlán. Así en el minuto 31 un contraataque iniciado en la banda derecha por Reyes, y rematado en semifallo por Agüero, era rematado a la red por Forlán (1–0).
La alegría rojiblanca iba a durar poco, ya que seis minutos más tarde Simon Davies empataba el encuentro, fusilando a bocajarro a De Gea después de una confusa jugada en el área colchonera.
La primera parte culminaba con el Atlético de Madrid asediando la portería defendida por el veterano guardameta australiano Mark Schwarzer.
Sin embargo, en la segunda mitad se invirtieron los papeles. La iniciativa en el juego correspondía al Fulham, mientras el Atlético de Madrid aguardaba en su campo a que llegase una ocasión propicia en forma de contraataque.
El Fulham demostraba más ambición ofensiva que su oponente. A punto estuvo de adelantarse el equipo inglés en el minuto 59, cuando dos despejes defectuosos de la zaga rojiblanca supusieron otros tantos remates sobre la portería de De Gea.
En los últimos minutos del partido, ambos equipos parecían más preocupados por evitar un gol del contrario que por lograr uno propio. Con el 1–1 finalizaba el encuentro y se daba paso a la prórroga.
El equipo español retomó la iniciativa en el juego, aunque normalmente fallaba en el último pase. La buena defensa del Fulham hacía el resto. No obstante, en el último minuto de la primera parte del tiempo extra, Agüero estuvo a punto de rematar al interior de la red un balón desde la misma línea de gol.
El cansancio y la presión fueron haciendo mella en la frescura y la precisión del juego de ambos equipos. Pero en el minuto 115, cuando todo parecía abocado a los lanzamientos de penalti, reaparecieron los que marcan la diferencia. Kun Agüero protegía un pase largo, evitando que saliera por la línea de fondo, recortó a un defensa inglés, recortó a otro, penetró en el área y lanzó un pase a Forlán que el delantero uruguayo sólo debió desviar suavemente al interior de la portería de Schwarzer con el exterior del pie derecho (2–1).
La locura se apoderó de los jugadores, del cuerpo técnico, y de los aficionados rojiblancos que ayer se desplazaron a Hamburgo para contemplar la victoria de su equipo. Todavía tuvo una ocasión el Fulham con el tiempo casi cumplido, pero la defensa atlética evitó que se consumara.
Brillante victoria del Atlético de Madrid, que suma así su segundo trofeo europeo, tras la Recopa conseguida en la temporada 1961/1962 frente a la Fiorentina.
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