lunes, 17 de mayo de 2010

2-3. Digan Rodri, digan Champions


Por si había suspicacias sobre el nivel de esfuerzo del Almería contra un Sevilla que se jugaba la Champions, los hombres de Lillo salieron decididos a acabar con ellas de raíz. Tanto es así, que el primer cuarto de hora se convirtió en un baño de los locales, que por medio de un Crusat enchufadísimo volvieron loca a una floja defensa blanquiroja.

La primera de las oportunidades almerienses llegó a los tres minutos por medio de Piatti, que falló lo más fácil al errar en el control cuando estaba solo ante Palop. Esa ocasión podría haber sido una sola anécdota si no fuese porque en los dos siguientes minutos hubo otras dos llegadas del cuadro local con sendos disparos que llevaron el ‘uy’ a la grada. La respuesta de los hombres de Antonio Álvarez fue un disparo de Kanouté desde la frontal que Esteban sacó de puños, pero que no sirvió para frenar la avalancha de fútbol almeriense, de la que se salvó el Sevilla con algo de suerte, hubo incluso una falta al larguero, y con alguna equivocación del colegiado, que no vio una clara mano de Stankevicius dentro del área.

Bendita pegada
Tras un comienzo de partido desastroso en defensa, pocos hubiesen pensado que el Sevilla rompería la dinámica de su rival de la mejor de las maneras, con un gol. Corría el minuto 16 de partido cuando Jesús Navas agarra un balón en banda derecha, levanta la cabeza y mete un envío al punto de penalti que Kanouté, en una nueva demostración de su clase, convierte en un auténtico golazo de ‘testa’.

El tanto apaciguó algo los ánimos de los locales, que seguían dominando el juego pero sin crear peligro salvo en alguna acción aislada que no inquietaba a Palop. Además, con ventaja en el marcador, el Sevilla templó sus nervios viviéndose unos minutos de tranquilidad en los que el canterano Luna, que debutaba en Primera división, demostró ser un jugador con futuro en este Sevilla. En esta dinámica fueron pasando los minutos hasta que llegó lo temido por todos los sevillistas cuando el descanso ya asomaba. Llegada de Ortiz por banda izquierda que ve desmarcado a Soriano en el punto de penalti para mandarle un centro medido que éste manda al fondo de las redes con una imparable volea. 1-1, y a vestuarios momentáneamente fuera de Champions.

Con la reanudación, el Sevilla se vio obligado a salir sin demora por un segundo gol que le devolviese a la Liga de Campeones. Así, con Capel y Jesús Navas siendo una pesadilla constante para sus rivales, las llegadas se sucedieron hasta que fue el propio duende de Los Palacios quien, a los 52 minutos, sacó un centro con veneno que entre Esteban y Chico se encargaron de convertir en el segundo de la noche para los nervionenses.

De nuevo con ventaja en el electrónico, el Sevilla supo enfriar el partido hasta dejar al Almería maniatado. Así, el encuentro discurría sin que se atisbase la más mínima posibilidad de empate local. Sin embargo, fue el propio Sevilla el que se complicó la vida a los 65 minutos de partido cuando el colegiado no señaló un fuera de juego que enervó tanto a Negredo como para ser expulsado tras insultar al juez de línea. Error sin perdón del punta vallecano, que ya que no suma podría al menos tampoco restar.

Con uno menos sobre el verde, cada jugada se convirtió en una pesadilla para los hombres de Antonio Álvarez, que sabían que un gol del Almería les dejaba sin Champions. Un miedo que se hizo realidad cuando a los 80 minutos Ortiz enganchaba un derechazo desde treinta metros que superaba a Palop pese a la estirada de éste.

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