El equipo que dirige Álvarez le falto la actitud,
Tras dos triunfos consecutivos se esperaba en Pucela un Sevilla serio y con confianza como para imponerse al equipo que menos partidos ha ganado en lo que va de Liga; sin embargo, nada de eso ocurrió…
Con 2-0 en el electrónico, Clemente mandó a los suyos que diesen dos pasos atrás con la intención de mantener un resultado clave en su empeño de lograr la permanencia, posibilitando así que el Sevilla viese a Jacobo sin tener que echar mano de los prismáticos.
Cuando el partido parecía acabado con un Sevilla que se arrastraba sobre el verde, Cala, quien ya propiciase la remontada en La Rosaleda, apareció a falta de diez minutos del final para, con un derechazo desde lejísimos propio de los más grandes del balompié, dejar a todos los presentes con la boca abierta y poner el miedo en el cuerpo a todo Valladolid. Los últimos minutos fueron un asedio constante de los hombres de Álvarez, que quedaron más en evidencia aún al demostrar que antes podían pero no ‘querían’. Así, Jesús Navas estuvo a punto de dar un punto a los suyos con un disparo a bocajarro que sacó Jacobo con el pie derecho; hubiese sido demasiado premio para los visitantes.
Al final, 2-1 y paso atrás en las aspiraciones de Champions del Sevilla, cuya imagen fue incluso peor que el resultado, y es que jugando como lo hizo en el Nuevo José Zorrilla no ganará muchos partidos. Ciclo agotado.
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